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SAN MARCOS

En la pradera frondosa,

cuando huele a Primavera

la Tantáriga ya suena,

con dulzaina y tamboríl.
 

Vamos todos a la misa,

después a la procesión,

sale la virgen pequeña

y nos da su bendición.
 

Celebramos que es San Marcos,

el veinticinco de Abril,

están muy verdes los campos,

el mes de las “aguas mil”.
 

Avellanas, limonada, pan y queso,

y música pastoril,

a bailar todos juntitos,

a disfrutar y reír.

Luis Miguel Rodríguez Alaez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PUENTE CANTO

De viejo te tambaleas,

las piedras de muchos siglos

se desgastan y se agrietan;

estás herido de muerte

si alguien no lo remedia.

Tus ojos se están cegando,

ya no ven la primavera;

el agua que te traspasa

se va lejana y certera

para regar otros campos,

para mojar otras tierras.

Quizás las manos de Santos

te ayudarán a que puedas

vivir más tiempo en tus piedras.

Queremos que te renueven

te transformen y embellezcan

y que pongan en valor

todo lo que representas.
 

Al cruzar el Puente Canto,

¡Que sorpresa!

He visto sus ojos limpios,

despejados de maleza.

Se puede hacer algo más,

pero por algo se empieza.

Felicito a los que han hecho

posible esta proeza.

Nos queda para otra vez,

reparar las viejas piedras

tendremos así un motivo,

presumir de su belleza.

Nuestro futuro y destino,

estarán para siempre unidos.

¿Alguien podría pensar,

que podríamos vivir

sin cruzar el Puente Canto?

Luis Miguel Rodríguez Aláez. 2015

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nostalgia

 

NOSTALGIA

Caminando por las “matas”,
bordeando el  río Cea,
se oyen sonidos lejanos,
que pasan por mi cabeza.

Amapolas a degüello,
todo el campo está  rojizo,
el reloj de San Benito,
ahora mismo dan las cinco.

Suenan también las campanas
del convento Benedicto.

Hacen ruido las cigarras
y cantan los pajarillos,
ruidos y sones de paz
del paseo veraniego.
Nostalgia y felicidad,
de cuando yo era pequeño.

Luis Miguel Rodríguez Aláez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

AIRES DE SAHAGÚN

AIRES DE SAHAGÚN

 

Canto al cielo y a la tierra,
al claro sol de Sahagún,
al dorado de sus campos,
a la piedra y al ladrillo,
que hablan de vida y de muerte,
de grandeza y de pobreza.

Entre llantos y alegrías grita con fuerza al silencio,
¡es el alto mas hermoso!
casa de la “Peregrina”¡la Catedral de Sahagún!.

Desde nuestro balcón verde hay que pararse a mirar…
¡Los restos de La Abadía!, ¡el pueblo de San Facundo!,
que siempre al atardecer en el lejano horizonte,
se besa el cielo y la tierra,
entre lágrimas amargas y voces casi apagadas.

Sus gentes se dan la mano,
Entre piedras y ladrillos palpando así sus heridas,
con las caricias del cierzo
que llega desde Santiago,
cuando el sol cubre de oro, las espigas de los campos,
y las fuentes y linderas con vestidos de colores,
nos animan a soñar, a sentir,a querernos y a no dejarnos morir.

 Así vive el pueblo llano de León y de Castilla,
entre el barro del adobe y el ladrillo de sus torres.
Entre cantos de gorriones y nidos de golondrinas,
vamos tejiendo los sueños y descifrando misterios,
entre las ruinas que lloran y relojes que no tocan,
y así pasamos la vida sin poder parar el tiempo
que sigue su trayectoria, entre olvidos… y silencios….

Cándida Buiza Díez. 26.01.2014

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al río Cea

AL RÍO CEA

Adormida mi alma dulcemente
Y gozoso mi espiritu afligido
Al blando murmurar de tu corriente,
Envidio tu cristal, Cea querido,
Que mañana verás resplandeciente
Columpiarse en tu seno esclarecido
De mi amada la faz encantadora
Al compás de tu música sonora.

¿Por qué si no de esta feraz ribera
Que por lecho te ofrece blandas flores
Huyes veloz en tu eternal carrera
Dejando solo lánguidos rumores?
¿Por qué si no en Sahagun donde te espera
Mi voz para cantarte mis amores,
Marchas veloz en ondas revoltosas 
Hollando audaz los tallos de sus rosas?

Pero á ti, ¿qué te importan los capullos
Que arrastras en tu rápida corriente?
¿Qué te importa del aura los arrullos
Que borda en ondas tu cristal luciente,
Si marchas con tus plácidos murmullos
A hacer que tu belleza se acreciente
Con dos cielos, dos lunas y dos soles
Que en tu plata reflejen arreboles?

Que mi amada en sus ojos tiene un cielo
Por lo azul, por lo puro, por lo hermoso;
Un sol, en su mirada de consuelo,
Y es su frente la luna do amoroso
Luce el candor tras invisible velo.
Por eso ¡Oh Cea! Corres orgulloso
Despues hasta otro rio que te lleve
Al mar do seas espumosa nieve.

Mas ¿quién no juzga al ver de mi adorada
El lánguido mirar, la faz risueña,
La frente pura de oro coronada,
Toda agena belleza ser pequeña?
Por eso, tu ambicion acrecentada
Del mar la bella inmensidad desdeña,
Y queriendo habitar el cielo subes
Hasta él, en alas de ligeras nubes.

Mas tampoco del cielo la belleza
Colmó tu afan, inextinguible y vivo,
Y de un dia que ornabas la cabeza
Calmastes el ardor crudo y estivo,
Descendiendo á las rocas donde empieza
Tu abandonado cáuce primitivo,
Y ora de nuevo corres presuroso
Por ver de mi adorada el rostro hermoso.

¡Corre feliz! Mas oye: cuando ufana
Acaricie tu linfa cristalina
El césped que está al pié de su ventana,
Alza un murmullo, y si su faz divina
Tus orillas entonces engalana,
Por un momento tu correr termina
Para darla el suspiro que te envío
Y el llanto con que lloro su desvío.

¡Corre feliz! Y en tus alegres olas
Hasta su oido lleva mis cantares,
Lágrimas lleva, que brotaron solas
De mi pecho do moran los pesares;
Y si baja su mano á las corolas
Que en tu orilla crecieron á millares,
Besa su mano, como yo en un dia,
Yo la besé con tímida osadía…

V. Nuñez de Velasco”.

 

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