Historia de los Encierros
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En Sahagún, San Juan de Sahagún, es su patrón y un santo muy querido por sus gentes, su fiesta patronal se celebra el 12 de Junio. Entre los milagros que se le atribuyen destaca uno acaecido en Salamanca en el que detuvo a un toro bravo que deambulaba por las calles sembrando el pánico, y al solo mandato de "tente necio" quedó inmovilizado. De este acontecimiento deriva la gran afición existente en la Villa a los encierros y corridas de toros.
La Asociación de Toreros Españoles, hace años propuso a dos santos para elegir a uno de ellos como patrón. Los santos elegidos fueron San Juan de Sahagún y San Pedro Regalado, en votación por una escasa diferencia, resultó elegido San Pedro Regalado, que es actualmente el patrón de los toreros españoles.
Los encierros en Sahagún, datan del 1410, año en el que se concede la primera autorización para correr las vacas en la Plaza de Santa María, cuyo emplazamiento estaba en lo que hoy es la Plaza de San Tirso y en años sucesivos por las calles de la Villa.
Las reses bravas eran traídas a Sahagún por caballistas desde una dehesa de la provincia de Valladolid a unos 40 Km. de distancia, andando por caminos y evitando pasar por las distintas poblaciones ya que alguna de las reses repetía la experiencia, como la famosa "Jabonera", e intentaban desmandarse al ventear los pueblos.
Al llegar a Sahagún, las reses, guiadas por los cabestros, acompañadas de gentes entendidas (Gabriel González Peñalosa, Mariano Conde, Joaquín Luna, Pepe Modroño, Félix Luna y un sinfín de aficionados a la fiesta) y dirigidas por el mayoral y caballistas, entraban por el Puente Canto, seguían por las Calles (de las monjas) hoy, Antonio Nicolás y Carnicerías para desembocar en la Plaza Mayor. Todas las bocacalles que daban a estas calles se encontraban cerradas y cercadas con carros y maderos preparados para tal fin y en los soportales de la Plaza, los vecinos construían sus talanqueras y tendidos para familiares y amigos. Desde el Ayuntamiento hasta el Bar España se colocaban talanqueras ya preparadas. También aquí se hallaba el templete de los músicos y lo que llamaban en aquella época el "Presen", porque estaba prensado de público. Los toriles, como algunos habitantes recuerdan, se hacían con maderos y madera fuerte y estaban ubicados en la esquina que se halla entre el establecimiento de Silvio de Aláiz y el Banco Central y su confección corría a cargo de carpinteros de la Villa, quienes los dejaban bien asegurados, desde los cuales se daba suelta a las reses que eran corridas en La Plaza, por multitud de aficionados. Recuerdo haber presenciado muchas cogidas, pero ninguna de muerte.
El día de la fiesta patronal, después de la procesión del Santo, se daba "la prueba", que consistía en la suelta de una vaquilla para deleite del público y aficionados y por la tarde, la suelta de novillos o vaquillas se alargaba hasta el anochecer. Estos encierros se vinieron repitiendo año tras año.
Por los años cuarenta, estando de Alcalde Asterio Cuenca, el Ayuntamiento procede al arreglo de la Plaza Mayor; se construye un caño en el subsuelo y un templete para la música y en el bajo de éste se instala un bar conocido como "El Palomar", con sus famosos churros, deleite de las gentes de Sahagún.
Como en la Plaza Mayor ya no se podían celebrar los encierros, se estableció un recorrido discurriendo por varias calles de la localidad para terminar en la plaza de toros y se mantuvo durante unos cuantos años.
En 1953, siendo alcalde Felícitos Placer, se escapó una vaca brava, los aficionados locales, recorrieron los campos en su busca y le dieron muerte, pero en años sucesivos el Ayuntamiento bien por razones económicas o por el miedo a incidentes semejantes, no volvió a ofrecer encierros en Sahagún.
Las gentes de la villa comenzaron a añorar "los encierros" recordando los años pasados y así fueron forjando la ilusión de que dicha tradición retornase algún día.
Pasaron largos años y en 1976 fue nombrado alcalde de Sahagún un hijo del pueblo, Antonio Mantilla Franco que albergaba en su mente la recuperación de los tradicionales encierros taurinos, por haberlos vivido, y encontrándose con una comisión de fiestas, organizada por sectores, que con mucha ilusión y ganas de trabajar, deciden en comisión estudiar la forma de retornar el suprimido festejo, comienzan por hablar con vecinos que hubieran visto dichos encierros para que dieran fe de los mismos y muchos fueron los que se brindaron a colaborar en el proyecto. Ante el notario de la villa Francisco Riba Soto, se presentaron varios escritos donde se reflejaba todo el proceso, y se enviaron al Ministerio del Interior y al Gobierno Civil de León, debidamente fedatados. En ese año estaba en el cargo de Ministro del Interior Rodolfo Martín Villa.
Pues bien, ese mismo año y sin tener el permiso pertinente, se hace un encierro de reses bravas por la calle del Arco y desemboca en la plaza de toros. El público comentó aquel año que las reses eran gatos, pero los componentes de la comisión asumieron la crítica porque actuaban por su cuenta y riesgo y no se atrevieron a traer ganado de mayor tamaño y peligrosidad.
En 1977 y en vista de que la administración no se pronunciaba sobre la solicitud cursada en su día, la comisión de festejos en pleno decide enviar a dos de los componentes a León para hablar sobre el tema con el Sr. Martín Villa, regresando a Sahagún muy ilusionados ya que en su presencia el ministro dio orden al ministerio y al Gobernador Civil para que éste pase escrito al alcalde Sahagún comunicándole que los tradicionales encierros de reses bravas ya están diligenciados y aprobados y figuran en el registro del Ministerio del Interior con su correspondiente número. Y efectivamente, a los pocos días se recibió la documentación correspondiente.
Los componentes de la comisión: Antonio Mantilla Franco, Presidente. Mateo Grande, Secretario. Fortunato Cuenca González, Tesorero. y Vocales, Sergio Sánchez Conde, Ángel Fernández Encinas, Miguel Ángel Calvo Arroyo, Pablo Misiego Fernández, Segismundo Luna García y Román Robles Herrero.
Reunida la comisión de fiestas, se felicita por el logro alcanzado y acto seguido se aprueba pedir ayuda económica a la gente de Sahagún vivan o no en la villa. Algunas personas se brindaron a colaborar, se pide dinero puerta por puerta y contemplan con alegría que la gente responde con sus donativos, los cuales sirven para comprar madera y confeccionar talanqueras. Las maderas se contratan en sierras de Sahagún y Boñar. Se contrata también a un picador con un compresor para que, de acuerdo con el aparejador del Ayuntamiento, Lucio Monje, empiece las obras de realización de agujeros para encajar los postes de las talanqueras y una vez recubiertos de hormigón se les pone una tapa de hierro por encima. En la sierra de Mari Gutiérrez se comienza la perforación de los postes y dado que quedaban pocos días para la fiesta, se contrata en Morgovejo a un carpintero, el cual, con la colaboración de gente de allí, concluyó la tarea de perforación de los citados postes. Dos miembros de la comisión de fiestas, con muchas odiseas y a bordo de un camión, se personaron en dicho pueblo, regresando a Sahagún con todo el trabajo realizado, a altas horas de la noche.
Por otro lado, la comisión mostró su gratitud a Nicanor Castañeda, que colaboró escribiendo infinidad de cartas pidiendo donativos, viendo logrado su objetivo.
En la plaza de toros hubo que quitar los burladeros viejos y poner los nuevos, pintarlos y pintar también el cerco del ruedo. Dichos burladeros fueron donados por la Caja Rural y pasado un tiempo acordado pasaron a poder del Ayuntamiento. En dicha tarea colaboró con la comisión de fiestas como encargado de la misma y terminándola a su debido tiempo, merced a la gran ilusión que en ella puso, un gran aficionado taurino José Luis Zamora, ya fallecido.
Se comienza la tarea de colocación de talanqueras en todo el recorrido. Los componentes de la comisión no escatimaron ni trabajo ni tiempo, alentados por la ilusión de ver logrado un anhelo largamente ansiado, llegando a olvidarse hasta de cenar. Una vez colocadas las talanqueras, la comisión y varios aficionados, se desplazan a Carrión de los Condes para visitar la dehesa de los hermanos Caminero y comprar varios novillos. Los dueños de la dehesa les dejan varios cabestros para facilitar la carrera de las reses y acordados los números y el precio de los animales se firmó con la total anuencia de ambas partes.El día 11 de junio de 1977 se produjo el primer encierro diligenciado de reses bravas y la afluencia de gente que llegó a Sahagún fue enorme, un hervidero de gente jalonaba todo el recorrido. La plaza de toros hasta la bandera y en el ruedo era imposible correr las reses ya que estaba prácticamente lleno de aficionados y a consecuencia de esta aglomeración, un joven de Sahagún, con evidente mala suerte, resultó empitonado por un novillo, pero gracias a un milagro de San Juan el aficionado se curó y ve todos los años pasar esta fiesta con mucha ilusión y alegría de ver que no han decaído estos festejos.
Aquel mismo año, la comisión de fiestas, con la colaboración del Ayuntamiento, organizó en el día de su patrón San Juan, un festival taurino que contó con novillos de los hermanos Caminero - de la Cigoñera - de Carrión de los Condes, para los valientes matadores Marcos de Celis, Pablo Alfonso "el Norteño", Avelino de la Fuente y el valeroso novillero Santos Machado, actuando como asesores Román Balbuena y José Zafrilla. El resultado que dieron las reses fue excelente, destacando por su bravura, lo que hizo que el festival resultara maravilloso y aún permanece en la memoria de muchas personas y aficionados.
Por todo cuando aquí se explica, doy las gracias a cuantas personas y aficionados que colaboraron en conseguir el logro de que esta fiesta nuestra tan tradicional siga adelante, en especial a nuestro entrañable amigo ausente Elpidio Álvarez, colaborador como encargado de toriles así como a los miembros de la comisión, compuesta por hombres emprendedores y celosos del trabajo que tenían encomendado, consiguiendo así las metas propuestas.
Al año siguiente, 1978, cesó la corporación municipal y también la mencionada comisión de fiestas. Entró un nuevo alcalde y nombró una nueva comisión con otras personas que continuaron la lucha y los trabajos para el bien de las fiestas. Se construyeron nuevos corrales en la plaza de toros, un nuevo embarcadero y un nuevo asentamiento para la banda de música.
Pasando unos años más, otros alcaldes y corporaciones acometieron obras y mejoras importantes en la plaza de toros, se han organizado novilladas, festivales, corridas de toros y espectáculos musicales. Trabajos que ahora permiten la celebración de unos buenos espectáculos y corridas de calidad, así como unos grandes encierros taurinos que pervivan en la mente de los buenos aficionados, como nuestro entrañable Paulino Estébanez "El Chivero", el torero de Sahagún.
Al equipo de mandato de este Ayuntamiento les deseo no sean menos en lo tocante a no escatimar los esfuerzos para organizar una buenas fiestas en Sahagún y tratar de seguir restaurando la plaza de toros, para que de este modo todos podamos cantar:
"En este mundo engañoso |
Por San Juan y por Sahagún.
Autor: Fortunato Cuenca González
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