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En el Camino que va a Santiago

 

Por las orillas del Valderaduey, hacia el año 1.118, miles de romeros vinieron en peregrinación por el “Camino Francés” haciendo un alto en su camino en la cuna del románico y mudéjar, contemplando las bellezas, en San Facundo, orgullo de su historia.

Cuentan que una de las esposas del rey Alfonso VI, concretamente la Reina Zaida, mora, que gozaba en pasar el verano en San Facundo y que junto a la Ermita de Nuestra Virgen del Puente, lugar donde se encontraba un hospital para socorrer a los peregrinos que hoy día, por los avatares del tiempo y de los hombres, no existe, allí mismo había una alberca donde nuestra reina mora Zaida solía bañarse y tenerlo como área de recreo y descanso.

Los peregrinos en San Facundo, desde un principio, eran bien acogidos por los reyes y las gentes, dando muestras de ello la creación de unos estatutos donde se podía leer que los que no pertenecían a esa cofradía no podían acogerse a ellos, levantando la mano a nuestros peregrinos, a quienes se les podía impartir los Sacramentos así como enterrarles.

Muy cerca de esta Ermita estaba ubicada la del Cristo, donde se encontraba una hermosa talla de la Virgen Inmaculada; ante ella los peregrinos quedaban extasiados implorando sus deseos y anhelos, dedicándole un tiempo en su caminar debido a la fuerte devoción a esa Virgen.

Para los peregrinos, Sahagún caía hacia la mitad del Camino de Santiago, haciendo una parada, ya que se alzaba una de las Abadías más importantes, el Cluny de las Españas. San Facundo, esbeltas torres, hospital de peregrinos han hecho identificar su nombre con el Camino de Santiago o Camino Francés, así como con escuela arquitectónica del románico y mudéjar escuela del ladrillo y la Piedra. Ahora tan solo recuerdos, nostalgias del pasado glorioso.

Hacia el año 1.078 en este hospital se recogían y acogían a nuestros peregrinos ya que con sus sesenta camas y raciones de comida y bebida, en esta Villa de San Facundo eran bien recibidos. Este San Facundo fraterno donde nunca nuestros peregrinos han sido olvidados y hoy camino del año 2.000 día a día siguen caminantes pasando de nuevo dejando sus huellas, fatigas … para volver a visitar la ilustre Villa; Camino de Santiago que es nuestro Patrón de España. En Sahagún vuelven a ser atendidos y recordados como antaño, como en la historia.

En el año 1.231, estando en Sahagún la Reina Doña Beatriz, gobernando la Villa, este importante hospital, ruinas hoy día, alcanzó un gran esplendor; son vestigios que recuerdan cómo la corriente del Cea y del Valderaduey vuelven a despertar a nuestros peregrinos por esta ancestral andadura. Que duerme y reposa en la cuna donde después de siglos vuelve la corriente con más fuerza para ir marcando en este camino lo que ya sin ninguna duda, va a ser su paso recordando a San Facundo.

Sahagún hospitalario sigue dando todo su cariño a nuestros peregrinos que tanto nos quieren; pero Sahagún es siempre correspondido por sus caminantes rumbo a Santiago de Compostela.

Esta Villa singular, esta Villa que no tiene apellido, tiene un arte inigualable y contemplativo que le hacen única.

Sahagún en el Camino de Santiago es como la puerta bisagra del Peregrino en la Ruta Jacobea.

Caminante hacia Santiago
marcando la huella vas,
y en la cuna del mudéjar
tú paras a descansar.

Cuando visitas Sahagún,
sus torres de gran belleza,
nos dejas con gran nostalgia
camino de Compostela.

En esta Villa sahagunina,
peregrina, hospitalaria,
descansaban los romeros
que a Compostela llegaban.

Carmen Zamora Doncel

 

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